A lo largo del tiempo, desde cargos municipales, hasta cargos estrictamente de gobierno, pasando lógicamente por el legislativo, hemos visto a una izquierda cortamente fuerte y largamente débil y desunida. Esto es criterio a lo que le pasó a Villarán y su fuerte descrédito en el cargo de alcaldesa de Lima, lo que significó en términos políticos, una consulta popular de revocatoria, en la cual, la mayoría de los regidores de su partido fueron revocados (Uf de la que se salvó). También en el poco o nada exitoso gobierno de Ollanta Humala, algo que les costó una desaprobación elefantiásica que le está costando en números según IPSOS, un 72%_ A todo esto, Verónika Mendoza y sus Congresistas electos ¿Qué? Ningún Legislador del FA (Frente Amplio) quiere dar declaraciones sobre los conflictos internos de su partido, a tal límite que cuando les quieres sacar un poco de información telefónica te responden: “No puedo declarar” “Estoy de viaje” “Desconozco ese tema” Pero eso no es todo, no sólo les basta el rechazo atroz que tienen por parte de la bancada Fujimorista, sino además la abolición de un cura picón porque no fue candidato presidencial en los últimos comicios electorales (eso pasa cuando no resistes la democracia, debido a que en las internas de esa agrupación política, prefirieron a Verito, dejando lagrimeando por la derrota a Marco Arana). Entonces, sumemos cronológicamente, bye Villarán con un 10% y un tercer lugar cuando intentó reelegirse a la alcaldía de Lima, bye Ollanta Humala con un obsequiante 25% de aprobación en este último mes y pronto, muy muy pronto, bye Verónika Mendoza. Quedan sólo meses para poder apreciar otra caída de la izquierda, esta vez con otra cabeza, Verónika Mendoza. ¡Canchita y gaseosa light porfavor!

#AnthonyTello10