#ElPerúQueQueremos

Anthony tello, columnista.

Códigos del sexo.

Zarandajas.

Artículo libre

Anthony Tello Vásquez

Publicado: 2016-06-23


Le dije: “He soñado con usted esta madrugada, sería fabuloso contarle mi sueño”- “Jajaja”, respondió ella.- “Ya, cuéntame”, concluyó (…) “Soñé que teníamos una cita, quedamos en ir al cine, pero fatalmente no logramos conseguir asiento para la película que querías ver, entonces decidiste que vayamos a cenar primero y después ir a ver otra película en mi casa (la cual estaba sola). ¿Continúo? Pregunté pretenciosamente. Con voz un poco excitante ella respondió: “En serio, qué chévere, prosigue obvio. “Puse la película ansiosamente y la logramos ver los 10 primeros minutos, ¿Continúo?, pregunté con risas. “Claro que sí, está lindo tu sueño” Respondió ella. “La película duró 100 minutos” dije yo.- “y los 90 restantes pude al fin hacer algo que vengo anhelando hace ya buen tiempo, casi casi desde que te conocí y me volví tu fan en secreto, ¿Quieres que continúe? Le pregunté nuevamente. Esta vez ella un poco más calurosa me dijo: “Sino lo estás inventando prosigue por favor. “No invento nada” Respondí enfático. “Pero permítame contarle con lujos y detalles como fueron los 90 minutos restantes” Le dije. Ella responde: “Yo creí que era algo súper lindo, tierno y bello, me sales con estas perversiones, pero lo peor de todo esto no es lo que me cuentas, lo peor de todo esto es que me muero de ganas por saber el final de la historia”. Dijo ella de una forma un poco provocadora. Decidí solamente sonreír y continué: “Al minuto 10 de la película le empecé a tocar sus caderas que parecían carreteras e insolentemente me le lancé al cuello con intuiciones vampiresas, le besé el cuello mientras la iba colocando en la superficie del mueble de mi sala. Me puse encima de usted y empecé a bajar sibilinamente hacia la parte inferior de su bellísimo cuerpo, una vez que mis labios llegaron a su ombligo (habiendo pasado obviamente por sus pechos gemelos de risas y cariños), decidí bajar un poco más, bajaba y bajaba muy muy lentamente, muuuuuuy despacio y de prontoooo, su bella mano me detuvo la cabeza cogiéndola de mis cabellos y me dijo: “espera Anthony, no bajes más que ya no aguanto””. (Me quedé en silencio unos minutos contando la historia y la miré de reojo) (…) . ¿Qué pasóoooooo? Dijo ella alzando la voz y en forma de arenga, ruego y súplica. Sonreí y le dije: “Llegué a la maravillosa piel que ustedes las damas tienen en forma de una flor roja y marchita, decidí engullirme deteniéndome unos minutos y esmerarme con la boca, sólo que esta vez ya no era necesario hablar y deleitarla con mi elocuencia demagoga, sólo era suficiente para ambos con estar callados y soltar unos gemidos de placer de vez en cuando. Hubo mucho silencio de palabras por varios minutos, 15 quizás calculo yo, estábamos insaciables, no podíamos con nuestras miradas, me apretabas con tu muslo de la pierna izquierda la mejilla derecha y también la mejilla izquierda con tu muslo derecho y una vez llegado al epílogo del acto inicial, decidiste recompensarme por tal acción dándome un beso y diciéndome al oído: házmelo de una vez”

Lo que vino luego de esta tertulia confidente es algo que ustedes deben de imaginar y elucubrar de manera innata y fiel a su estilo, esto es real, esto sucedió, esto me pasó. Vale la pena plagiar pero ojo que no siempre va a funcionar.

Anthony Tello

@AnthonyTello10


Escrito por

Anthony Tello

Comunicador, escritor y columnista Chiclayano.


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